3. El rey de la noche

Anocheciendo a un pulso aumenta,
a partir de ahora el tiempo no cuenta,
se encienden las pasiones,
bajo el tejado de las estrellas.

A cada paso grita el viento,
yo tengo el corazón abierto,
que soy un lobo hambriento,
enamorado buscando sueños.

Tu tratas de imponer tu ley,
yo siempre quiero ser el rey,
atraparte en mi red,
y sentir el deseo de amar otra vez.

     Hay un lugar en el corazón
     del rey de la noche,
     hay un lugar para tu amor
     junto al rey de la noche.

A siete mil revoluciones,
con el mar en tus caderas,
yo vendería mi alma al diablo,
para llevarte con las estrellas.

Tu tratas de imponer...

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