3. Como un ladrón

Venías de muy lejos,
quemada por el sol,
con los vaqueros viejos
y botas de piel marrón.

Tenías un acento,
entre árabe y francés,
la voz aún muy niña,
mochila y polvo en la piel.

Lejos la ciudad,
perdida en el retrovisor,
mientras tu en una chamarra,
de aviador.

     Me pedías tal como un ladrón,
     disparando a quemarropa y a traición,
     pasando por mi vida,
     tan intensa como efímera.

     Disimulando como un ladrón,
     encendiendo hogueras en mi corazón,
     hábil protagonista
     de tu propia película.

Hablabas de las calles
estrechas de tu barrio,
de mundo de extra radio,
que quieres dejar atrás.

Con padres que pelean,
problemas de trabajo,
futuro nada claro
y sueños de libertad.

Cuando te besé,
sabía que antes o después
incapaz de hacerle frente a nuestro amor.

Debería ir como un ladrón...

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